LA FORMA CORRECTA DE CAMINAR
- Aylin Casanova
- 24 jul 2019
- 2 Min. de lectura
Algo tan cotidiano como andar puede revelar muchos detalles sobre nuestra personalidad.
¿Cómo nos desplazamos?
La mayoría de las veces, caminando. Andar es algo tan cotidiano que apenas nos damos cuenta de cómo caminamos. Pero, andar bien tiene su importancia, tanto para uno mismo como para con los demás.
Es una enseñanza muy conocida como las futuras aspirantes a modelos, caminar con un libro sobre su cabeza para aprender a mantener una postura recta y erguida al caminar.

1. La cabeza erguida. Sin altivez, pero la cabeza debe ir siempre bien erguida. Ni mirando muy arriba, que daría la impresión de mirar por encima del hombro a los demás, ni cabizbajo, personas tímidas, inseguras o retraídas que van mirando al suelo.
2. Los hombros derechos. No transmite mucha armonía ese cuerpo con los hombros echados hacia adelante, que parece la torre de Pisa, por su inclinación. Ni tampoco los hombros deben llevarse echados hacia atrás, lo que se conoce como "ir sacando pecho". Los hombros deben ir rectos, con una cierta caída natural que armonice con el resto del cuerpo.
3. Los pies rectos y en paralelo. Esto puede ser un poco más difícil debido a la gran cantidad de patologías que hay en cuanto al tema de los pies (los pies planos, por poner un ejemplo). Los pies no deberían llevarse muy abiertos, en V, ni muy cerrados, V invertida -metidos hacia adentro-. La forma correcta son llevarlos rectos y en paralelo uno de otro y ligeramente separados, que no se choquen al andar.

4. Las rodillas. Hay que flexionar ligeramente las rodillas, al andar, para facilitar un movimiento más armonioso y más descansado para nuestro cuerpo. Una persona no es un robot que deba andar con las piernas rígidas como si tuviera dos palos en vez de dos piernas.
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